Las escorts de lujo de Madrid, además de su belleza, su educación su saber estar, y su elegancia, también saben que es lo que más le atrae a un hombre, ya que en multitud de ocasiones no sólo con estas cualidades son capaces de conquistar a quienes demandan sus servicios. Nunca están de más las armas femeninas que utilizan como nadie.

Muchas de ellas nos cuentan que uno de los secretos para fomentar el libido, nada mejor que un uso frecuente de cremas, champú, y sobre todo esencias y perfumes que hagan de su olor algo especial, único, que de alguna manera desprendan su verdadera personalidad a través de su propio olor. El gasto puede ser considerable, pero la satisfacción de un hombre al percibir ese fantástico aroma, provoca que su corazón se ponga a palpitar intensamente.

Pero no menos importancia tiene la mirada. Y no vale eso de decir, que con ello se nace. No, ni mucho menos. Los ojos, aunque parezca mentira, es de lo primero que se fijan los hombres, y además el primer vehículo de comunicación antes que la palabra. La mirada de una escort de lujo no es ni mucho menos agresiva, pero si alegre, divertida, algo que invite a pasar un buen momento, y como la sonrisa, siempre debe reflejar un excelente estado de ánimo.

¿Y la manera de vestir? Una pregunta que no se contesta con el clásico “sexy”. Una acompañante de lujo debe ser ante todo atractiva, capaz de realzar su figura, segura de si misma, pero no por ello deber vestir con exagerados escotes ni con vestidos cortos y ceñidos. Existen mil formas de ser sexy y elegante a la vez. Un vestido que deje la espalda al descubierto, unos tacones finos, o a veces no usar sujetador, es más llamativo que una exagerada minifalda.

A los hombres les atraen las mujeres seguras de si mismas. Esto se refleja de mil maneras, pero sin duda el caminar con paso firme, moverse con soltura, con naturalidad, demostrando que no es torpe ni se esconde tras las faldas de ninguna amiga, brindan un grado de independencia muy atractivo.

Y ya por último destacar que una autentica acompañante de lujo ganará a un hombre por el oído. Demostrará su inteligencia, su interesante conversación, el hecho de saber que está en el mundo que le rodea e informada de todo, luego, ya habrá tiempo para susurros más excitantes.