Andorra sexual. Escorts de ida y vuelta
Todos sabemos que la Andorra sexual, esa que se mueve al paso de la frontera con España es un ir y venir de escorts que cruzan la frontera para pasar unas horas tras el reclamo de un cliente.
Muchas provienen de las provincias más cercanas, pero cuando se trata de escorts de lujo, incluso viajan desde Madrid hasta el pequeño principado donde reina un nivel de vida alto que no renuncia a que también sus habitantes puedan disponer de una Andorra sexual.
Hasta ahora la inmensa mayoría de destino de los habitantes de Andorra era como los del sur de Francia, prostíbulos cercanos dentro de territorio español, casas de citas y pequeños pisos donde se concentraban prostitutas a la espera que los andorranos cruzaran la frontera.
Pero cansados de esta tipo de prostitución, cada vez es más alta la demanda de escorts de lujo que se hospedan en hoteles de lujo de Andorra con el fin de mantener una larga cita con su cliente. Se busca una Andorra sexual casi particular, la que no está en las calles.
Dentro de una sociedad como la del principado, se precisa de una extrema discreción.
80.000 andorranos, no están por la labor de abrir sus fronteras a la llegada de escorts que puedan “perturbar” la paz de un lugar que se caracteriza por su tranquilidad y además también por su alto nivel de vida.
De hecho no hace poco se desarticuló una organización que trasladaba clandestinamente a prostitutas chinas que ejercían en un pequeño apartamento céntrico.
Ellos no desean que ningún tipo de prostitución esté al alcance de la mano, pero sin embargo paradójicamente la demanda crece, y el hecho de que se pueda disfrutar de una Andorra sexual viene de la mano de estas escorts de lujo cercanas, cansados de los lugares cercanos de bajo nivel.
Muchas veces no son sólo hombres quienes desean vivir su plena sexualidad en compañía de una bella acompañante de lujo, sino que también parejas reclaman la presencia de sensuales jóvenes para realizar tríos, o que amenicen las muy privadas fiestas sociales.
No hay que olvidar que su relación con el mundo financiero hacen que Andorra reciban miles de visitas al año de un tipo de hombres que desean tener sexo. Para ello, las más dispuestas vecinas de la otra parte de la frontera serán su oscuro objeto de deseo, pero eso, si, con tarifas mucho más altas que si estuvieran en España.
La Andorra sexual no se vive en las calles, pero si al cobijo de lujosas habitaciones de hoteles.
Carla Mila