Desde que se produjo el caso de la enfermera de Alcorcón, que ha vencido la enfermedad, a falta de confirmarlo totalmente en unos días, una especie de psicosis recorre Madrid.
Pese al control del virus, la recuperación de María Teresa y la ausencia de nuevas víctimas, el mundo de las acompañantes de lujo ha sufrido las consecuencias de ese miedo que aún late en la capital.
Ni que decir tiene que los clubs son los primeros afectados. Puestos en contacto con los más destacados de la zona sur de Madrid, confirman la crisis del sector, viendo su clientela reducida a más del 60% en apenas unas semanas.
Por otro lado las escorts de lujo también son menos demandadas, ya que hoy por hoy la enfermera de Alcorcón aún en observación y siendo sometida a continuos análisis sobre el estado de sus flujos, algo que parece intimidar más aún a los posibles clientes, que escuchan la noticia con miedo por ser el sexo una de las vías de contagio.
Pero de esta situación, las primeras que notaron la bajada de clientes de un día para otro, fueron las prostitutas callejeras. Sobre todo las chicas de color, ya que cualquier signo que recuerde a África, ya no es bienvenido.
Si durante otras décadas el VIH fue el gran miedo para los amantes del sexo de pago, hoy es el ébola el causante de que muchos hombres se piensen dos veces el solicitar los servicios de pago.