Últimamente se está poniendo de moda que una escort de Madrid sea el regalo perfecto para celebrar el cumpleaños de uno de los miembros de una pareja.
Ya no es extraño que las mujeres acudan a la red para buscar de, entre todas las agencias de escorts, aquella chica que será el centro de una relación donde sus servicios sean como un regalo para ambos.
Como es lógico lo primero que exigen es la discreción, a veces su posición social puede estar en juego si la escort elegida comenta la identidad o algún dato de los “clientes”. Pero esta duda que normalmente les agobia, se ve disipada una vez que entran en contacto o bien con la chica, o con la agencia para la que trabaja, que normalmente impone más seguridad que las independientes.
Son situaciones comentadas una y otra vez por la pareja, pero que no pasan de ser una fantasía erótica más. Ambos reconocen el deseo de poner un poco de sal y pimienta a las relaciones, y el hecho es igual de placentero para los dos.
Sueño de todo hombre es estar con dos mujeres a la vez, y la mayoría de mujeres, no sólo ser testigo de la capacidad sexual de su pareja, como disfrutar viendo como su hombre se comporta con una extraña. A todo esto hay que añadir que ellas no se quedarán como invitadas de piedra, sino que por el contrario desearán participar y ver cumplida una de las fantasías más comunes de ellas: disfrutar de una relación lésbica con una hermosa joven escort.
Este tipo de parejas son muy reticentes a que sea una chica, digamos normal, la que participe de sus “celebraciones”. Prefieren escorts profesionales con las que luego no tengan ningún tipo de vínculo. Y puede que cumplir esta fantasía erótica sea la primera vez y la última.
La inmensa mayoría disfruta de este tipo de encuentros, fortaleciendo los lazos de confianza de la pareja, pero otras, a la hora de la verdad, no les gusta tanto como en principio pensaron.
En cualquier caso, “regalos” de este tipo, siempre son una buena iniciativa para quienes desean tener una vida sana, llena de buena comunicación y repleta de nuevas experiencias.
Carla Mila