Masaje de la rana, placer después del sexo
De manera coloquial el llamado masaje de la rana debe su nombre precisamente a la postura que ambos miembros de la pareja adoptan después de tener una intensa relación sexual.
Es ideal para aquellas veces que tanto ella como él se dejan llevar por una pasión tan desbordante que el cuerpo queda además de exhausto, dolorido. Si, hablamos de un dolor placentero, pero al fin y al cabo la excitación casi puede enajenarnos de tal manera que a pesar de sufrir, nos merezca la pena continuar. Pero para todo hay remedio, y el popular masaje de la rana deberían conocerlo muchas parejas fogosas y apasionadas.
Pero vayamos al grano. ¿Cómo se realiza el masaje de la rana?
Se debe practicar siempre después de la relación, a pesar de ser excitante, placentero, pero sobre todo apropiado para después del sexo.
Proponemos que tanto ella como él se queden recostados, lo más relajados posible y abrir las piernas de la misma manera que las ranas; es decir, dejándolas caer de manera lateral y juntando los tobillos.
Una vez relajados en esa postura comenzará el masaje que consiste principalmente en colocar con suavidad una mano en tanto en los testículos como en los labios superiores de la vagina. El dedo pulgar será el encargado de presionar de manera circular pero despacio las zonas mencionadas.
Muchas putas de lujo son verdaderas maestras en aplicar estos masajes después de apasionadas noches de sexo con sus clientes más vigorosos, que como ellas quedan exhaustos.
Pero el masaje de la rana no termina ahí. Si continuamos centrándonos en esos sencillos movimientos circulares, los músculos comenzarán a flexibilizarse mucho más, quitando poco a poco la tensión que se acumula durante la práctica del sexo.
Este popular y sencillo masaje siempre es agradecido por la pareja, pero se trata de realizarlo conjuntamente, ya que el placer será el doble a la vez que la relajación compartida es mucho más efectiva.
También las putas de lujo son las encargadas de realizar el masaje de la rana sin necesidad de recibirlo. Como grandes conocedoras de los secretos del sexo, invitan a sus amantes casuales a levantar las piernas, formar una especie de ángulo con las rodillas y proceder a acariciar las zonas más erógenas del hombre, centrándose fundamentalmente en los testículos.
Todo un verdadero final idílico fácil de realizar e ideal para quedar satisfechos del todo después de una tórrida relación sexual.
Carla Mila