En España llamamos griego al coito anal. Al hecho de que el hombre penetre analmente a la mujer con su pene y realice los mismos movimientos como si de una coito vaginal se tratara.
De todos es bien sabido que la zona anal no tiene la misma capacidad para dilatarse que la vagina, con lo que el denominado griego no lo realizan todas las escorts de Madrid de nuestra agencia. Muchas de ellas lo han intentando, pero su capacidad para dilatar en mínima, con lo que el dolor es óbice para que no puedan practicarlo. Sin embargo otras, y con la ayuda de lubricantes, si pueden realizar sexo anal sin ningún problema.
Las terminaciones nerviosas del ano hacen que esta parte del cuerpo sea especialmente sensitiva, por lo que las sensaciones placenteras en la mujer pueden ser maravillosas. Por su parte el hombre, casi desde tiempos remotos, siempre le ha atraído el hecho de penetrar a la mujer analmente.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la zona anal debe ser dilatada previamente a la penetración. A diferencia de la vagina, no produce ningún elemento natural que haga más fácil la lubricación, por lo que normalmente el sexo anal se practica después de un sexual cunnilingus. Los propios líquidos pre seminales ayudan, pero no son suficientes, y si además contamos con que normalmente se realiza con preservativo, pues en la mayoría de ocasiones deben utilizarse geles que hagan tanto la función de dilatar como de lubricar. Por todo ello el coito anal debe realizarse con ciertas pautas y nunca forzar a la escort a que desde el primer momento esté dispuesta a ser penetrada analmente. También en esta ocasión el tamaño del pene importa, por lo que algunas chicas deberán elegir tras verlo en erección si pueden o no realizar griego.
Para realizar un sexo anal placentero para ambos, el mayor enemigo son sin duda alguna las prisas. No es una zona que lubrique de manera natural como lo es la vagina. Por lo que siempre es aconsejable que no sea el primer objetivo de los deseos sexuales masculinos. De ahí que nunca se debe intentar practicar sexo anal desde el comienzo de la relación. Nunca hay que forzar el cuerpo de la mujer. Se pueden producir desde desgarros hasta heridas en la zona del ano. Un caldo de cultivo perfecto para las infecciones.
El sexo anal, siempre consensuado, necesita de ciertos prolegómenos que haga que la mujer se sienta preparada para ser penetrada por el culo. Pero jamás de manera brusca ni intentado introducir el pene de manera total. Si no más bien poco a poco hasta llegar a una penetración total, que ofrezca el máximo placer tanto a la escort como a su compañero de juegos sexuales.