Sexo en la ducha, consejos y precauciones
A estas alturas no vamos a descubrir nada nuevo sobre las virtudes del sexo en la ducha, de tener intensas relaciones bajo el agua, antes, durante y después de un apasionado encuentro. Y es que mantener relaciones en la ducha se ha convertido en uno de los preliminares favoritos de muchas parejas y también en el lugar idóneo para tener un sexo salvaje.
Eso si, con una serie de consejos y advertencias será mucho más seguro y no dará al traste con un momento tan especial; sentirse fresco, limpio, sin los olores de un día de trabajo sólo se puede combatir con una ducha relajante, pero si esta es en compañía, mejor que mejor. Por ello muchas parejas que desean tener un encuentro apasionado, largo en el tiempo e sobre todo intenso, comienzan después del juego de quitarse la ropa teniendo sexo en la ducha.
No en vano, las escorts, conscientes de las múltiples sensaciones que puede producir tener sexo en la ducha, ofrecen entre sus servicios lo que se viene a llamar la ducha erótica, que además les asegura una mayor higiene por parte de sus fugaces amantes.
Una manera fantástica de comenzar, pero a la que debemos incluir una serie de consejos.
Todos y todas sabemos que el suelo de un plato de ducha o una bañera es una superficie deslizante y mucho más cuando además nuestros movimientos son más intensos que los de una ducha en solitario. La simple precaución de poner una esterilla anti-deslizante, una toalla, o algo que pueda evitar un resbalón debe ser la primera medida que debemos tener en cuenta para conseguir un intenso y seguro sexo en la ducha.
Pero todo saldrá mejor si mientras realizamos nuestros primeros escarceos en el cuarto de baño, o cerca de él, vamos controlando la caprichosa temperatura del agua. Por ello conviene dejarla correr e ir probando con la mano hasta que esta esté tibia. Las temperaturas extremas romperán el mágico momento para tener sexo en la ducha.
¿Y si el chorro no es suficiente para que ambos miembros de la pareja disfruten de la sensual caída del agua?. Aprovecha lo que todo conocemos como “telefonillo”, para así dotar a tu aventura bajo el agua de un sentido mucho más pícaro y juguetón. La presión del agua sobre varias zonas erógenas puede dotar de tu experiencia de tener sexo en la ducha sensaciones completamente nuevas y muy placenteras.
También hay que tener en cuenta que el agua es el enemigo natural del preservativo, mejor dicho del latex, por lo que si se desea es la penetración en nuestros juegos bajo el agua, debemos ser conscientes de ello. El sexo oral o la utilización de juguetes puede ser un sustituto, o como decíamos al principio tener sexo en el agua puede ser un bonito preliminar para todo lo que puede acontecer después.
Carla Mila
Las escorts de Madrid de nuestra agencia ofrecen entre la variedad de servicios, la llamada ducha erótica; algo que saben que enloquece a los clientes, y que se puede considerar como los besos y caricias, parte de los prolegómenos de la relación.
Sin embargo, para muchos hombres, el hacerlo en la ducha es una fantasía, algo que nunca han experimentado; bien porque sus parejas no lo conciben, o porque desean realizarlo con una acompañante de lujo.
Suele ocurrir que cuando se pasa una noche, o incluso unos días en la compañía de una escorts, las posturas se vayan sucediendo, y como en la variedad está el gusto, realizarlo en la ducha, es algo que surge como parte de esa corta convivencia.
Excitante e higiénica
El agua es un elemento que incita al sexo. Tanto para mujeres como para hombres, los sitios públicos les provoca cierto morbo, bien sea el mar o las piscinas. Pero la ducha tiene algo que despierta un instinto animal, pasional, de entrega.
Enjabonarse mutuamente, sentir la piel húmeda, tener una postura distinta, pero siempre con cuidado, hacen que el sexo en la ducha sea algo que realmente fascina a los clientes de escorts.
Además, es la perfecta excusa para tener una verdadera higiene que siempre debe preceder a cualquier encuentro. O por el contrario tener una ultima relación bajo el excitante chorro de una buena ducha.
Carla Mila