Sin duda es la noticia del día, ya que desde que ha sido conocida la sentencia, muchas horas de radio, comentarios en la redes y encuestas se están sucediendo tras conocer la sentencia donde un magistrado ha puesto de manifiesto que las prostitutas tienen los mismos derechos laborales que cualquier otra trabajadora.
Esta sentencia, pionera en nuestro país, pero sin duda muy lejana a las legislaciones europeas, abre el debate si debería o no legalizarse la prostitución, manteniendo que al mismo tiempo que obtienen los mismos derechos que cualquier trabajadora, también deberán cumplir con las mismas obligaciones.
La noticia por una parte reconoce el oficio más viejo del mundo, pero por otra las trabajadoras del sexo no están muy por la labor de contribuir con el fisco.
De consolidarse esta sentencia, las prostitutas tendrían derecho a recibir cuotas por desempleo, o incluso poder disfrutar de periodos vacacionales, así como poder cobrar en caso de baja por enfermedad común.
Se sigue el modelo alemán donde la profesión está regulada y controlada y al parecer se huye de otros como el sueco donde para erradicar la profesión se considera una actividad ilegal.
Pero todos nos preguntamos, ¿cuáles serían las consecuencias que podría tener esta sentencia?. En el caso que los tribunales superiores de justicia den el visto bueno, se recoge que las prostitutas que ejercen sin ningún tipo de coacción en los llamados locales de alterne, tendrán derechos como cualquier otro trabajador, saliendo del ostracismo legal donde ahora mismo se encuentran, pero sería el dueño del local quien deberá “contratar” a las prostitutas dándolas de alta en el Régimen General de la Social, con los derechos que ello ocasiona, pero también haciéndose cargo de las cuotas. De hecho, la Tesorería General del Estado ya ha reclamado a los dueños de un centro de Barcelona, que se anunciaba como local de masajes, las cuotas que desde hace unos meses ya se debían haber abonado por las tres mujeres que allí prestan sus servicios.
La noticia, sin duda es la punta de un iceberg que hará correr los próximos días ríos de tinta, ya que por una parte un inmenso sector de las trabajadoras del sexo y escorts de lujo no la han recibido con agrado por el hecho de tener que desvelar su identidad ante las autoridades, y por otro lado los gerentes de locales no quieren asumir ningún tipo de contrato, ya que según ellos, las chicas no son empleadas del local, sino tan solo relaciones públicas que se llevan un tanto por ciento por cada consumición a la que les inviten los clientes.
De hecho, este modelo fracasó en Holanda, ya que la inmensa mayoría de prostitutas del Barrio Rojo, son además estudiantes universitarias, por lo que nunca querrán que sus nombres consten en los registros de las autoridades del país.
¿Qué ocurrirá finalmente con este comienzo de lo que se prevé un regulación del mundo del sexo de pago?
Mucho escucharemos estos días. Pero el final, aún es incierto.